Cómo acorralar con preguntas
Generalizar el argumento puede considerarse la segunda técnica en orden de importancia. Consiste en tomar la afirmación del oponente y devolvérsela del modo más generalizado posible, con forma de pregunta. Es difı́cil sostener el argumento que defendimos hace medio segundo si tenemos que hacerlo de modo absolutamente generalizado, aceptando que no hay un solo contraejemplo.
Éste recurso es, al igual que el anterior, muy importante y fácil de utilizar. Úsalo para que las muchachas larguen risitas burlonas a espaldas de tu oponente. Si aplicamos el argumento al resto de los casos/situaciones personas, ¿continúa siendo válido? ¿Siempre? ¿Seguro?
Ejemplo 1: Desde que estás a cargo del departamento de marketing las ventas han disminuido. Esto demuestra tu impericia.
Respuesta: Es decir que ¿siempre que las ventas han disminuido, en cualquier empresa, ha quedado demostrada la impericia del gerente?
Ejemplo 2: Se pasa tomando mate en el trabajo, es un maleducado.
Respuesta: ¿Es decir que absolutamente todas las personas que toman mate en su trabajo son maleducadas?
En éste punto al oponente ya le resulta difı́cil continuar respondiendo de manera afirmativa y sostener su postura. Si lo hace, tanto mejor: cae en el ridı́culo.
Y continuamos: Es decir que basta con que una persona tome mate en su trabajo para que podamos concluir que es una persona maleducada, ¿verdad?
Y, ahora, continuamos preguntando por los opuestos
¿Es decir que no podemos encontrar una sola persona que, siendo educada, tome mate mientras trabaja, y que por el contrario no podemos encontrar una educada que tome mate en su trabajo ni una que, siendo maleducada, no tome mate al tiempo que trabaja?
Con cada nueva pregunta que hacemos resulta más difı́cil al oponente mantener su postura y, preguntando “por los opuestos”, logramos también confundirlo.
Es importante aclarar que la confusión lograda en el oponente no puede ser fruto de que no se ha entendido lo que dijimos. Hay que pronunciar perfectamente bien: el desconcierto se produce con preguntas de calidad, perfecta y elegantemente realizadas, y no por hablar de modo entreverado.