Magia y personalidad amplificada
Magia
De todos los elementos del liderazgo, este ha sido el menos exitosamente abordado por la teoría. Constituye el marco que hace que el resto de las técnicas ganen eficacia: si no logras al menos algo de magia, olvídate del resto.
¿A qué me refiero con “magia”? Lo voy a explicar con un ejemplo simple que vas a comprender inmediatamente. Imagina que te encuentras llegando a tu casa un poco cansado y que tienes que salir nuevamente para asistir a una clase del curso de oratoria. Naturalmente, te comienzan a tentar, como chispazos por la mente, los pretextos para no concurrir. Enciendes la televisión y aparece un recital en vivo de Freddy Mercury (o cualquier músico que sea de tu agrado). Después de dos canciones, las tonterías parecen haberse sacudido de tus piernas y ya sientes un deseo real de concurrir a clase.
Bien. En este caso, el hecho de haber entrado en contacto con otra persona, incluso a través de una pantalla, ha conseguido modificar lo que estabas sintiendo de manera positiva, lo que llevó, inmediatamente, a un cambio de conducta. Entonces, podemos afirmar que ese individuo, aun sin hablarte directamente y sin proponérselo, ha ejercido cierta dosis de liderazgo. Muchas veces ni siquiera entendemos lo que dicen, pero parece que, en su presencia, las neuronas se conectan mejor.Tienen una forma de comunicación intensa que resulta influyente. Atención con esto: cuando un líder es verdadero, es capaz de mover a la acción a los otros sin siquiera dar órdenes. Veamos el primer fundamento de la magia del líder:
Personalidad amplificada
Es importante que no confundas amplificada con exagerada. La sobreactuación te convierte en un payaso, pero la amplificación le brinda rasgos distintivos a tu personalidad. Y, por alguna razón, el nivel de motivación sube cuando entramos en contacto con esta clase de personas.
Ni siquiera es necesario que seas extrovertido: puedes comunicar tu introversión de una forma intensa, amplificada. El error grande, en este punto, es que trates de fingir una personalidad que no es la tuya, ¡nada de eso! Sigue siendo tú mismo, pero, en lugar de simplemente estar callado, quédate callado, pero sostén la mirada. Regala un gesto. Debes estar siempre comunicando algo a través de pequeños detalles de tu lenguaje corporal. Si estás disfrutando del plato, demuéstralo con tus ojos. Tradicionalmente, los artistas han logrado, sin proponérselo, esta clase de efecto: comunican su personalidad, sea cual fuere, de una manera amplificada. Sólo recuerda que no puede notarse que estás tratando de lograr un efecto. Tiene que ser tan natural como la respiración.
El ábrete sésamo del liderazgo
De Ismael Linares, autor de Cómo Hablar en Público
Sí. El introvertido, que comunique su introversión con extroversión. Fácil. Vargas Llosa comunica su erudición como Prince ejecutaba sus épicos solos de guitarra. Si bien tienen estilos diferentes, Vladimir Putin comunica su personalidad con la misma intensidad que Donald Trump. Juan Carlos Onetti, reconocidamente tímido, parecía mascullar con fuerza toda su introversión. Un líder puede ser introvertido, pero nunca flojito. Entrecierra los ojos. Saborea lo que escuchas. Tómate un segundo antes de hablar para hacer un gesto – pero no dejes que se note que lo estás premeditando. Debe ser un hábito sutil, pero claro – jamás una mueca forzada. ¿Quieres hacerlo todavía más fácil de llevar a cabo? Comienza por sostener tus gestos (y mirada) un momento más de lo que sería normal para cualquier otro. Este detalle va a ser lo mismo que un toque de varita sobre tu persona.
Que, nada más con observar tu sombra, sepan enseguida de quién se trata. Que, nada más con escuchar tus pasos, se den cuenta de que eres tú. En tanto no lo consigas, tu capacidad de “magia” sobre los demás va a ser prácticamente nula. En este sentido, tal vez importe menos lo que digas que la forma como lo digas: lo mismo que en la música – la melodía suena siempre bien cuando conoces las escalas, más allá de las notas que toques. Piensa lo siguiente: la mayoría de los líderes tienen ciertos dichos personales que, prácticamente, contribuyen a hacer marketing de ellos mismos. Esto también hace a la comunicación amplificada.
Un secreto de la gestualidad
Por otro lado, no basta con conseguir el efecto gestual. Muchos actores son expresivos y, sin embargo, no construyen un vínculo liderativo con los demás. La personalidad amplificada debe penetrar en las otras personas, debes dirigirla sin reparos a la gente.
Podrías objetarme que el ejemplo de los artistas no aplica a la teoría del liderazgo, porque “un cantante como Prince me divierte, y por eso me motiva.” Bien. No es que Prince te divierta, sino que no te aburre. A lo largo del libro vas a notar que, lo mismo que sucede con este punto del aburrimiento, algunos conceptos los vamos a interpretar por la negativa.
El líder no tiene por qué ser divertido. Sin embargo, no puede darse el lujo de aburrir a los demás
Ser divertido y ser aburrido no son extremos opuestos de la misma recta. Hay personas divertidas que aburren, y hay personas que jamás te aburrirían pero que tampoco se podrían considerar divertidas.
El opuesto del aburrimiento es la motivación: nada desmotiva más que sentirse aburrido. De hecho, siempre me pareció que muchas “depresiones” son más bien “aburrimientos”. La comunicación amplificada despierta los sentidos de los otros, te sacude cualquier rasgo de la personalidad que pueda llegar a resultar somnífero.
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